Vivir sólo a través de lo que dicta la razón o sólo la emoción no funciona, la razón nos nubla el juicio aunque parezca incongruente, nos hace creer que tenemos la verdad en la mano y nos ciega ante la posibilidad de que existan otras explicaciones, nos hace rígidos y cuando no nos alcanzan las explicaciones sufrimos. Igual,vivir siempre dominado por el corazón nos deja vulnerables, nos dejamos guiar por las pasiones sin freno, nos apegamos, aferramos a los sentimientos que nos hacen sentir bien y cuando algo nos hace sentir mal llega el golpe, el sufrimiento insoportable.
Hay que vivir, actuar, hablar, siendo conscientes, sin creer nada como un hecho, una verdad pura y sentir con intensidad pero sabiendo que todo cambia, fluye o se acaba, dejar ir, ir con la corriente de la vida. Creo a veces nos hacemos la pregunta equivocada, en lugar de preguntarnos quién soy, tal vez deberíamos cuestionarnos para quién soy. Siempre, en el fondo, sabemos cuál es nuestro verdadero ser pero a veces actuamos de acuerdo a como otros esperan (o creemos esperan pues tendemos a interpretar), para obtener algo, inclusión, amor, respeto, compañía, estatus, llenar un vacío, etc, etc.
Vivimos para otros, ¿porqué?, pues por que así nos enseñaron, que somos incompletos, necesitamos de otros para ser, necesitamos de cosas para ser, necesitamos de títulos, dinero para ser alguien y dejamos que poco a poco nuestro verdadero yo quede sepultado bajo capas y capas de disfraces que nos ponemos para representar papeles que no nos hacen felices. Hay que vivir el aquí y ahora, todo es incierto, impredecible, hoy tienes, mañana no, lo único que permanecerá tras nuestra muerte son los recuerdos de los pequeños detalles que cambiaron la vida de otro para bien o mal por eso hay que actuar con razón y corazón, ser lo que quieras, lo que te nazca, jugar, intentar mil cosas como los niños, asombrarse de todo y tampoco decir soy esto, las etiquetas limitan nuestro potencial, nos hacen seguir un solo camino cuando hay muchos por ver, mucho por descubrir, probar, todos tenemos talentos ocultos, cosas que no nos hemos atrevido a hacer por miedo a que otros no nos aprueben pero al final es nuestra vida y es mejor intentar y decir, esto no es lo mio a llegar al ocaso de la vida y rumiar las oportunidades perdidas.
Hay que vivir, actuar, hablar, siendo conscientes, sin creer nada como un hecho, una verdad pura y sentir con intensidad pero sabiendo que todo cambia, fluye o se acaba, dejar ir, ir con la corriente de la vida. Creo a veces nos hacemos la pregunta equivocada, en lugar de preguntarnos quién soy, tal vez deberíamos cuestionarnos para quién soy. Siempre, en el fondo, sabemos cuál es nuestro verdadero ser pero a veces actuamos de acuerdo a como otros esperan (o creemos esperan pues tendemos a interpretar), para obtener algo, inclusión, amor, respeto, compañía, estatus, llenar un vacío, etc, etc.
Vivimos para otros, ¿porqué?, pues por que así nos enseñaron, que somos incompletos, necesitamos de otros para ser, necesitamos de cosas para ser, necesitamos de títulos, dinero para ser alguien y dejamos que poco a poco nuestro verdadero yo quede sepultado bajo capas y capas de disfraces que nos ponemos para representar papeles que no nos hacen felices. Hay que vivir el aquí y ahora, todo es incierto, impredecible, hoy tienes, mañana no, lo único que permanecerá tras nuestra muerte son los recuerdos de los pequeños detalles que cambiaron la vida de otro para bien o mal por eso hay que actuar con razón y corazón, ser lo que quieras, lo que te nazca, jugar, intentar mil cosas como los niños, asombrarse de todo y tampoco decir soy esto, las etiquetas limitan nuestro potencial, nos hacen seguir un solo camino cuando hay muchos por ver, mucho por descubrir, probar, todos tenemos talentos ocultos, cosas que no nos hemos atrevido a hacer por miedo a que otros no nos aprueben pero al final es nuestra vida y es mejor intentar y decir, esto no es lo mio a llegar al ocaso de la vida y rumiar las oportunidades perdidas.
~dL