sábado, 4 de julio de 2015

Caminar bajo la lluvia

Hay algo poético en caminar bajo la lluvia mientras anochece, te hace meditar en la propia existencia. 

El contraste entre el verde de los árboles nutriéndose del agua y las hojas secas en el suelo recuerda a la vida.

El agua es como los momentos, las personas, los recuerdos, las vivencias, todas te nutren, te hacen crecer, hacen que te conviertas en alguien con raíces fuertes o te ahogues resultado de la tormenta. 

Hay que dejarse mecer por el viento, soltar lo que ya no te permite crecer así como los árboles dejan caer sus hojas. 

Olor a tierra mojada, que te recuerda que la tormenta siempre pasa, así como lo que te duele o preocupa también es pasajero. 

Cuando te vuelves uno con la brisa y el agua que cae puedes sentir como se lava tu corazón y lo que estuviste rumiando a lo largo del día deja de ocupar espacio en tu cabeza.

Clima húmedo que hace te sientes en paz, más tranquilo; respiras hondo y sigues caminando sintiéndote un poco más ligero.

Sí, la vida, la lluvia puede ser poesía si te detienes a observar, sentir y luego pensar.

~dL

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